Hemos estado siguiendo la iniciativa de un grupo de arquitectos
liderada por Richard Moreta desde Alemania, que , con todo derecho, están proponiendo algo que se viene pensando
desde hace mucho tiempo: la creación de un Colegio Dominicano de Arquitectos, e
inclusive se ha hablado de solicitar el Pabellón de Venezuela para la sede de
dicha institución, como si la misma no tuviera dueños. Y los tiene, el Grupo
Nuevarquitectura, que hizo la gestiones para la donación ante los gobiernos de
Venezuela y Dominicano, y la Sociedad de Arquitectos de la República
Dominicana, que fue invitada por el Grupo Nuevarquitectura a participar del
espacio gestionado.
A continuación unos extractos de una carta enviada por Emilio Brea
y Omar Rancier al periódico Diario Libre que explica muy bien la situación. Con
respecto a esta iniciativa me viene a la mente un símil que alguien me hizo que
comparaba a los arquitectos con un grupo de cangrejos en el fondo de una lata,
los cangrejos no pueden salir de la lata porque cuando uno sube, los otros lo
tumban con las muelas, diferente a las hormigas, que trabajan todas unidas y
hacen una columna viva hasta que salen del encierro. Esta persona me
recriminaba que los arquitectos somos como los cangrejos cuando deberíamos ser
como las hormigas.
Por que crear una nueva instancia y no fortalecer la existente? Que
se cuece tras esta propuesta?
Seguiremos siempre actuando como cangrejos?
OR/EB
La Carta
Grupo Nuevarquitectura, Inc.
Santo Domingo, D.N.
29 de abril de 2011
Sra. Inés Aizpún, Directora HABITAT
Sra. Patricia Leonor, Editora HABITAT
Distinguidas Sras:
En la edición No. 103 de HABITAT, correspondiente al mes de abril, hemos
leído unas declaraciones ofrecidas por el Arqto. Erwin Rafael Cott Creus,
presidente de la Sociedad de Arquitectos de las República Dominicana (páginas
12 y 13), y recogidas por la Editora de HABITAT, Patricia Leonor, que por sus
imprecisiones nos vemos en la obligación de aclarar, siempre con la mejor
intención de que los lectores del único mensuario de prensa que se ocupa de los
temas urbanos y arquitectónicos (estética, paisaje, interiores, restauración y
otros), además de constructivos, resulten correctamente orientados hacia la
verdad que siempre debe prevalecer objetivamente.
En la primavera de 1989, ya las obras físicas del Faro a Colón tenían
tres años de haber sido reanudadas por el penúltimo de los gobiernos presididos
por J. A. Balaguer R. En esos momentos la firma Brea & Rancier,
arquitectos asociados trabajaba administrativamente con la firma Pérez
Montás & Valverde Podestá (fallecido el año anterior), los cuales nos
habían encargado de las obras de restauración de El Castillo del Cerro en San
Cristóbal y del centro histórico de la fronteriza comunidad de Bánica. Es
cuando entonces nos comisionan para organizar gran parte de una amplia
exposición sobre la historia del Faro a Colón que fue montada a finales de año
en el Museo de Las Casas Reales.
Para ello, una mañana de esa primavera del año arriba indicado, el
Arqto. Eugenio Pérez Montás, el Licenciado José Chez Checo y nosotros,
entramos al abandonado edificio que alojara el antiguo Pabellón de
Venezuela y una vez dentro, expresamos en voz alta “este es el edifico ideal
para alojar al Grupo Nuevarquitectura”. El Arqto. Pérez Montás reaccionó
inmutable diciendo “solicítenlo” a lo que de inmediato agregó el licenciado
José Chez Checo una pregunta pertinaz “ustedes están registrados?”. Nos miramos
a sabiendas de que no lo estábamos, pero conscientes que de allí saldríamos a
ello. Seguimos con la encomienda por la que habíamos ido al lugar, para ver el
estado de deterioro de una vieja maqueta del Faro, construida en caoba, para
una de las tantas muestras promocionales que se hicieron entre 1948 y 1956.
Estaba intacta con pérdida apenas parcial de pintura aplicada en blanco sobre
sus superficies.
Cumplidas las tareas de recuperar lo mejor posible el aspecto de la
maqueta, habíamos ido desarrollando las diligencias de rigor para incorporarnos
y poder “registrarnos”, lo que fue logrado en meses…
Una vez inaugurada la exposición, en octubre de 1989, nos dispusimos a
conseguir una audiencia con la embajadora venezolana en el país, la señora
María Clemencia López de Jiménez, por intermedio de la señora Elinor Sosa
Antonetti de Joa (fallecida en 2008), secretaria asistente de la embajadora, y
esposa del Arqto. José Emilio Joa Acosta, con quienes nos unen lazos de
familiaridad desde antaño. Antes de finalizar el año estábamos sentados, junto
al Arqto. Luis Guzmán, ante el despacho de la embajadora López de Jiménez, con
tanta positividad que salimos conscientes de que dos acciones se habían
iniciado, ambas catastrales; una sobre la propiedad del terreno y la otra sobre
la propiedad del inmueble.
La entrega, despojo y recuperación del
Pabellón
Pasaron 4 años.
En 1990 y 1992, el Grupo Nuevarquitectura -GNA- (fundado en 1979) realizó las
dos Bienales de Arquitectura de Santo Domingo en turno, y al siguiente año
fundamos la Sociedad de Arquitectos de la Republica Dominicana -SARD-
atendiendo a una invitación cursada con ese motivo por las arquitectas Risoris
Silvestre Ortiz y Ketty Bisono Genao. Mediante el procedimiento parlamentario
adoptado, se le otorgó la Presidencia transitoria al Arqto. Cott –por ser el de
mayor edad- y solo hasta que se hicieran elecciones.
Al año siguiente
recibimos la grata noticia de que la Embajada de Venezuela haría oficiosa
entrega formal del inmueble al Grupo Nuevarquitectura Inc. En las gestiones de
los últimos meses había empezado a participar el Arqto. Cott y de inmediato
invitamos a la SARD, en la persona de su presidente, para que se integrara al
comité de recibo y participación en el uso del inmueble que era, evidentemente,
muy amplio, y representaba un reto en su recuperación física. Una vez recibido
formalmente, lo cual incluyó la colocación de una placa en mármol de
considerable tamaño, se procedió a darle uso, luego de limpiarlo a profundidad.
El administrador de la CDE en esos momentos, el Ing. Agrón. Amilcar Romero, a
petición nuestra, ordenó dotar de luces el entorno del recinto y sus
alrededores. Fue entonces cuando se pudieron hacer actividades nocturnas
manteniendo a distancia a las trabajadoras sexuales de las inmediaciones.
Pero en el 2001
vino el despojo ejecutado por el Senado de la República y ahí se dio inicio a
otra historia en la que si asume un rol protagónico el Arqto. Cott que ya no
era presidente de la SARD. El GNA había entrado en un reflujo como activista
cultural de la arquitectura y poco a poco la SARD iba asumiendo su rol, pero la
falta de iniciativas volvió a mermar la capacidad de trabajo dentro de la
entidad y eso junto al despojo dejó prácticamente acéfala al colectivo que ya
tenía 8 años mientras el GNA menguaba su trabajo ya con 22 años en su haber.
En lo adelante
hay que dar todo el crédito al trabajo tesonero del Arqto. Cott al concentrarse
personalmente en la recuperación del Pabellón para uso de las dos entidades que
marcharon juntos hacia la meta de conseguirlo en 1995 tras gestiones iniciadas
por el GNA en 1989.
Esa es la verdad
y no otra…
Atentamente,
Arqto. Omar
Rancier Arqto.
Emilio Brea.